Wednesday, December 01, 2010

VIH/SIDA: La clave está en la prevención


Por: Odalys Cimadevilla Valdés

La nación cubana llega al primero de diciembre, Día Mundial de Respuesta al VIH, con la tasa más baja de preponderancia (0,1 por ciento) en la región del Caribe y figura entre los 22 países del mundo menos afectados por este virus.

En 1985 se detectó el primer caso en la Mayor de las Antillas y desde ese instante se puso en movimiento el programa de prevención y atención para el control de esa pandemia.

La labor conjunta de centros de investigación, instituciones hospitalarias y entidades promotoras de educación sexual ha hecho que la cifra de infectados sea menor en comparación con otras naciones del mundo. El índice de mortalidad también se encuentra entre los más bajos.

El grupo de hombres que tienen sexo con hombres es el más aquejado, con el 72 por ciento de todos los casos diagnosticados. El contagio por vía de la sangre y sus derivados, y la transmisión materno infantil, dejaron de ser un problema en el archipiélago cubano. Como vía de transmisión quedan las relaciones sexuales desprotegidas en más del 99 por ciento de los casos.

Con voluntad política, el gobierno cubano asegura una gradual calidad de vida a los enfermos mediante un sistema de salud con accesibilidad total, financiamiento estatal; garantiza de forma gratuita la medicación antirretroviral para todos los que la necesitan y mantiene la atención a esos pacientes.

Cuba es un caso particular, sobre todo por el sistema de salud bien articulado, que ha permitido dar una respuesta contundente a la epidemia de VIH/SIDA.

Actualmente en el mundo se realizan varias investigaciones en diversas naciones, entre ellas Cuba, en las cuales se han podido comprobar algunos avances. A diferencia de años pasados, cuando la comunidad científica estaba bastante desalentada, en estos momentos nace otra vez la esperanza y quizás en unos años podamos contar con la vacuna. Aun cuando no exista la vacuna contra el SIDA esto no significa que no se pueda prevenir, o luchar contra la enfermedad.

Latinoamérica busca respuestas efectivas

La lucha contra el VIH/sida cuesta mil 700 millones de dólares a los países latinoamericanos en el control de la enfermedad y el financiamiento de campañas de salud. Causa pérdidas en vidas y lesiones a la economía global por el orden de 16 mil 500 millones de dólares y la mejor forma de combatirla es a través de la prevención.

Entre los jóvenes latinoamericanos la infección ha descendido en 25 por ciento, debido a las prácticas sexuales más seguras, entre ellas el uso del condón, aunque no es la única medida profiláctica.

Un tercio de las personas VIH positivas de la región vive en Brasil, donde los esfuerzos constantes de los organismos de salud han podido contener la epidemia y mantenerla "estable".

El estudio de Onusida estimó que 36 mil niños en Centroamérica y Sudamérica vivían con el VIH en 2009, en comparación con los 30 mil registrados en 2001, mientras que 54 por ciento de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH recibieron los medicamentos antirretrovíricos para prevenir la transmisión a sus hijos.

La epidemia de VIH en Centroamérica y Sudamérica se concentra en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y alrededor de esas redes.

En Latinoamérica la visión es que haya cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminaciones y cero muertes a causa del SIDA.

Informe Onusida: retroceden las infecciones

Aunque en el mundo existen actualmente 33,3 millones de personas viviendo con VIH/sida, la epidemia no ha aumentado, sino que se ha estabilizado en al menos 56 países, destacando entre ellos India, Sudáfrica y Kenia, conocidos por sus altos índices de la prevalencia de la enfermedad. No es todo: también se contagiaron menos personas. Si en 2009 unos 2,6 millones de personas se infectaron con el mal, al mirar la última década las cifras hablan de un 19% menos de contagios.

Otra de las figuras que destaca en el informe son las mujeres: actualmente, ellas son el 52% de los contagiados en el mundo. Gran parte de las infectadas están en África, que sigue siendo la región con más prevalencia, donde vive el 68% de todos los contagiados, con más de 2,8 millones de infecciones recientes; aunque casi todos los países de la zona subsahariana (o negra) han logrado estabilizar o reducir el avance de la enfermedad.

Dentro de esta estabilización se aprecian algunas dinámicas de cambio. Por ejemplo, en Europa central y occidental, en Norteamérica y en Asia Central hay indicios de que el virus está resurgiendo entre los hombres que tienen sexo con hombres, algo que llevan tiempo advirtiendo los especialistas. Por el lado positivo, en algunos países africanos se observan menos prácticas sexuales de riesgo que hace unos años.

Onusida aboga por un enfoque combinado de prevención que emplee métodos como el uso del condón, la circuncisión masculina, comenzar las relaciones sexuales más tarde, evitar la promiscuidad y reducir el estigma y la discriminación. También considera que el preservativo masculino es el medio más eficiente y disponible para reducir la transmisión del VIH y otras enfermedades sexuales.

Diferentes datos parecen constatar que, muy poco a poco –éste sigue siendo el principal problema- la epidemia de SIDA está comenzando a cambiar su curso, pues el número de nuevas infecciones por el VIH está descendiendo, al igual que los fallecimientos relacionados con la epidemia. Ambas tendencias están contribuyendo a la estabilización del número total de personas que viven con la enfermedad en el mundo. La clave, una vez más, está en los programas de prevención del VIH, que están consiguiendo resultados significativos en muchos de los países más afectados.

Pese a ello, no hay que lanzar las campanas al vuelo y pensar que ya está todo hecho: las cifras siguen siendo extremadamente altas.

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